Douglas Hyde, famoso periodista inglés en su libro “Yo creí” cuenta su conversión después de 20 años como miembro activo del Partido Comunista inglés. “Una mañana sucedió algo. Entré en una iglesia católica y me senté en el último banco. Entonces entró una joven de unos dieciocho años, pobremente vestida y no muy agraciada. Al pasar por mi lado vi la expresión de su rostro, parecía gravemente preocupada. Con paso decidido avanzó por el centro de la Iglesia hacia el altar, después giró hacia la izquierda, encaminándose a un reclinatorio en el que se arrodilló delante de una imagen de la Virgen María. Encendió una vela y echó unas monedas en la alcancía... Después de rezar un rato, cuando salía, miré su rostro. Su grave preocupación había desaparecido, parecía tranquila y, sin embargo, yo hacía meses y años que llevaba a cuestas el peso de la mía.
Cuando estuve seguro de que nadie me veía, me encaminé por el centro de la Iglesia, giré al lado izquierdo, eché unas monedas en la alcancía y encendí una vela, me arrodillen el reclinatorio delante de la Virgen e intenté rezar. Pero ¿cómo se rezaba? Yo no sabía rezar. Intenté recordar alguna oración dedicada a Ella de la literatura medieval o alguno de los poemas de Chesterton o Belloc. Pero fue inútil. Mientras tanto la vela se iba consumiendo, y no se me ocurría nada. Cuando salí, traté de recordar las únicas palabras que había pronunciado y casi me eché a reír. Era la letra de una música del año 20 de un disco de gramófono: “Oh dulce y encantadora dama, sed buena, sed buena conmigo”.
A los pocos días, el 17 de Enero de 1948, telefoneó al colegio de los jesuitas de su barrio y comenzó su preparación para bautizarse con su esposa y sus dos hijos.
Tomado del libro: Comunión de los santos, del P. Ángel Peña

No hay comentarios:
Publicar un comentario