El diario francés La Croix del 12 de Septiembre de 1915 narraba el siguiente suceso: “En el campo de batalla yacía gravemente herido un soldado francés y junto a él también gravemente herido un soldado alemán. El francés sacó con mucho esfuerzo un crucifijo que tenía en el bolsillo, lo besó y empezó a rezar el Avemaría en latín. El alemán también se unió y rezó con él el Avemaría. Después el francés le tendió su crucifijo, el alemán lo besó, se dieron la mano y así unidos y rezando murieron. Dos soldados enemigos, unidos por María, muriendo como hermanos”.
Tomado del Libro: Comunión de los santos, del P. Ángel Peña

No hay comentarios:
Publicar un comentario