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¨Camino¨

domingo, 10 de septiembre de 2017

El poder de la intercesión

En esta ocasión hermanos, quiero hablarles del poder de la oración intercesora. Como hijos de Dios y servidores suyos es justo y necesario que conozcamos y sepamos hacer uso de los recursos que él nos ha dado para que cumplamos con esa misión que nos ha encomendado. Y esta oración ha sido uno de los deseos de Dios más grandes a lo largo de la historia de salvación. El ha inspirado en sus elegidos el servicio de interceder. Nos preguntamos, ¿en realidad Dios quiere eso? Porqué Dios necesita intercesores si él es Todopoderoso. Bueno, como todas las cosas de Dios el poder de la oración intercesora es un misterio. En principio, aunque la intercesión es un tipo de oración, técnicamente hay una diferencia entre oración e intercesión. Oración se refiere a platicar con Dios, e Intercesión significa allegarse a Dios a favor de alguien. Esto es algo muy profundo ya que la intercesión supone algo distinto, es la renuncia a uno mismo por el bien de otro, es el principio de la caridad. 

Dios nos invita a hacer oración: 1 Tim 2, 1-8 
"Ante todo recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad. Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate por todos. Este es el testimonio dado en el tiempo oportuno, y de este testimonio - digo la verdad, no miento - yo he sido constituido heraldo y apóstol, maestro de los gentiles en la fe y en la verdad. Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar elevando hacia el cielo unas manos piadosas, sin ira ni discusiones." 
La palabra “intercesión” se deriva del latín (inter), que significa “entre” y (cedere), que significa “salir”. Luego intercesión implica entremeterse o ponerse en la brecha. El Señor dice a través del profeta Ezequiel: “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y no lo hallé” (Ezequiel 22:30). Esta es una clara referencia a la intercesión. 

Teológicamente hablando: “La intercesión son los ruegos de la persona que, a la vista de Dios, tiene el derecho de hacerlo para obtener misericordia por el que se encuentra en necesidad”. En otras palabras, la intercesión es presentarse delante de Dios en oración a favor de otra persona. Por tanto, no es ejecutar una simple oración, sino luchar en oración. 

Quiero citar una historia que habla de una mujer llamada Ágata quien con su coraje nos da un gran ejemplo:

Esta historia ocurrió en Hungría, durante la ocupación de ese país de tropas soviéticas, al final de la segunda guerra mundial. El toque de queda regía Budapest, la capital, a partir de las cinco de la tarde. Los soldados tenían orden de disparar sobre todo aquel que encontraran en la calle después de esa hora. 

Una tarde llegó a la plaza central un camión con 1.600 panes. El camión llegó después de las cinco, de modo que había que esperar hasta el día siguiente para poder descargarlo. Los habitantes, que no habían comido nada en todo el día, miraban con dolor y con rabia el camión desde sus casas. Entre ellos estaba Ágata, una señora de casi ochenta años. No había pasado mucho tiempo desde la llegada del camión cuando Ágata salió de pronto de su casa y bajó de él dos grandes panes, que repartió entre las personas de su familia. Los soldados encargados se quedaron asombrados sin saber qué hacer. A los pocos minutos Ágata volvió a salir y cargó mas panes, que dió a sus vecinos. A la tercera salida, un soldado disparó su arma al aire, en señal de advertencia, pero Ágata siguió con su trabajo. Las balas le pasaban más cerca a medida que iba y venía del camión a las casas de su barrio, repartiendo los panes entre la gente. 

El oficial que estaba al mando de los soldados le advirtió que si seguía desobedeciendo el toque de queda, ordenaría que le dispararan a matar. Ágata le respondió que lo lamentaba mucho, pero que tenía que seguir repartiendo los panes. El oficial se enfureció y volvió donde estaban sus hombres, pero ninguno, ni siquiera el mismo se atrevió a dispararle a Ágata. La mujer continuó descargando panes del camión durante las horas siguientes, con una admirable decisión y perseverancia. A las nueve de la noche cuando ya había repartido más de la mitad del cargamento del camión, se desmayó en la mitad de la plaza. Luego de unos segundos de gran tensión, un soldado corrió por la plaza hasta el sitio donde había caído Ágata, la Alzo en sus brazos con ternura y la llevó hasta la puerta de su casa, donde se la entregó a sus familiares. Luego volvió corriendo a su tanque y se preparó para disparar a todo aquel que se atreviera a desobedecer el toque de queda. 

- Anécdota de la segunda Guerra Mundial en Hungría - Extraído del Libro de los Valores, El Nacional 



Ser intercesores se parece mucho a la acción de la anciana. Es alcanzar el bien para los que lo necesitan, renunciando al nuestro, entregándolo todo, exponiendo nuestra vida. La oración intercesora es un campo espiritual donde nos exponemos a las balas del enemigo, pero con la fe en Dios y con la perseverancia debida, estando unidos a él por medio de sus sacramentos, haremos este trabajo y ninguna bala nos tocará. Dios esta con nosotros, pero quiere que también nosotros estemos con él.

San Juan Crisóstomo dice: “Nada hay más poderoso que la oración; nada puede compararse con ella” 

Todo cristiano que lo ha experimentado comprende  estas palabras del Santo. Para que comprendamos mejor como se hace intercesión veamos los ejemplos de la Biblia: 

Éxodo 17, 8-13 
"Vinieron los amalecitas y atacaron a Israel en Refidim. Moisés dijo a Josué: «Elígete algunos hombres, y sal mañana a combatir contra Amalec. Yo me pondré en la cima del monte, con el cayado de Dios en mi mano.» Josué cumplió las órdenes de Moisés, y salió a combatir contra Amalec. Mientras tanto, Moisés, Aarón y Jur subieron a la cima del monte. Y sucedió que, mientras Moisés tenía alzadas las manos, prevalecía Israel; pero cuando las bajaba, prevalecía Amalec. Se le cansaron las manos a Moisés, y entonces ellos tomaron una piedra y se la pusieron debajo; él se sentó sobre ella, mientras Aarón y Jur le sostenían las manos, uno a un lado y otro al otro. Y así resistieron sus manos hasta la puesta del sol. Josué derrotó a Amalec y a su pueblo a filo de espada." 

Dios había escogido a uno para que fuera mediador entre él y su pueblo, y así ha llamado a muchos, llegando a la plenitud cuando envía a su propio hijo, para la salvación de todo el mundo. El principal modelo de intercesión es Jesús que da la vida por nosotros. 

Juan 17, 9  
"Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos;" 

Lucas 22, 31-32 
"«¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.»" 

Y en su interés por nuestra salvación, también mostró su interés por el bien de los que amaba. ¿Viene a tu mente algún milagro que Jesús haya hecho? ¿Harías tú en su nombre un milagro parecido? ?Pues Dios nos invita a hacerlo, eso e incluso mayores cosas, nos ha dado el poder.  

Juan 14, 12 
"En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre." 

E incluso nos invita a creer que lo que pedimos en oración ya lo hemos obtenido. 

Marcos 11, 24 
"Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis." 

Y es que una de las principales razones por las cuales nuestra oración no surte efecto, es porque dudamos al orar. 

Romanos 14, 23 
"Pero el que come dudando, se condena, porque no obra conforme a la fe; pues todo lo que no procede de la buena fe es pecado." 

Santiago 1, 6-7  
"Pero que la pida con fe, sin vacilar; porque el que vacila es semejante al oleaje del mar, movido por el viento y llevado de una a otra parte. 7.Que no piense recibir cosa alguna del Señor un hombre como éste," 

Una de las manifestaciones más claras de que no dudamos en lo que pedimos es que insistimos hasta conseguirlo. 

Lucas 11, 5-8 
"Les dijo también: «Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: "Amigo, préstame tres panes, porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle", y aquél, desde dentro, le responde: "No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos", os aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite.»" 

Es importante ser humildes al orar. Quizás al pedir nos asalte la duda de que si lo que estamos pidiendo es la voluntad de Dios, pero no hay que tener miedo al respecto, pues Dios mismo nos revela en su momento porqué no concede las cosas. Pero hay que tener la fe de pedir los milagros.  

Para finalizar, recordarles siempre apoyarnos de la virgen María cuyo poder intercesor después del de Jesús, es el ejemplar. 

Juan 2, 1-10 
"Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino.» Jesús le responde: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.» 5.Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que él os diga.» Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de agua.» Y las llenaron hasta arriba. «Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala.» Ellos lo llevaron. Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio y le dice: «Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora.»" 


María, con su intercesión, hizo que los planes de Dios cambiaran. Por eso, ella es una gran aliada al momento de pedirle algo al Señor, y un ejemplo de fe. Procedamos pues, a hacer de la intercesión una tarea diaria, constante, sobre todo en estos tiempos difíciles donde el mundo necesita el auxilio de Dios, y solo los hombres de fe pueden hacer que se abran, con su oración, todas las puertas para que Dios actúe. Es un misterio, Dios podría actuar sin necesidad de que nosotros intervengamos. Pero ha decidido hacerlo así: necesita de nuestra intervención. Así que, no te quedas esperando que Dios actúe. Empieza a pedir que lo haga, y él, que es bueno, escuchará tu plegaria. No desfallezcamos, hagámoslo hasta que nuestras rodillas nos duelan.

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