El profeta Isaías nos dice: ¨los que en El confían recuperan
fuerzas, y les crecen alas como de águilas. Correrán sin fatigarse y andarán
sin cansarse¨ (Isaías 40, 31)
Es curioso que el profeta utilice el ejemplo del águila,
cuando nos dice que a quien confía en Dios, Dios les da alas como de águilas.
El águila por su porte, su fuerza, su vuelo y su precisión en la caza es
considerada la más poderosa de todas las aves. Isaías lo sabía y por eso la usa
como ejemplo y referencia. Que podemos aprender de un águila para ser mejores
personas? Bueno, pues hay muchas cosas que podemos aprender de ella. Yo me
atrevería a decir incluso que, para ser personas de éxito debemos ser como el
águila:
· El
águila no empieza a volar hacia las alturas demasiado pronto, necesita meses para empezar a volar. Lo mismo sucede
con las personas de éxito. No obtienen el éxito ni hacen realidad sus sueños de
la noche a la mañana. Se necesita experiencia, aprendizaje, paciencia y
perseverancia para lograr llegar firmemente hasta la meta. Los frutos que se
hacen madurar demasiado pronto quedan imperfectos.
· El águila fortalece sus alas con los vientos fuertes que
se lo oponen. El águila
enfrenta su obstáculo y se fortalece con él. Lo mismo pasa con las personas,
mientras más obstáculos encuentra mayor fuerza puede adquirir su voluntad. No
podemos andar por la vida queriendo no encontrar obstáculos. No hay pista libre
en esta carrera, hay oposiciones, hay vientos en contra, voces que te desaniman,
que te invitan a renunciar. Los ideales más santos de hoy en día ya nadie los
quiere tener porque implica mucho esfuerzo, hay muchos obstáculos.
·
El águila nunca vuela en bandada. Necesitamos a veces salirnos de la manada, es decir, buscar un espacio
para la soledad, y dejar de ir siempre a dónde van los otros. Esto significa también que muchos no querrán volar tu vuelo, por lo tanto
el hecho de que vayas solo en tu ideal no significa que vayas por eso a
renunciar, necesitamos atrevernos a volar solos. La experiencia de los demás y
su enseñanza es necesaria, pero nuestras propias ideas e inspiraciones nos
pueden hacer volar muy alto. Con esto me refiero a que no tratemos solo de
imitar a otros. Esforcémonos por ser nosotros mismos. Que nuestro éxito no
dependa solo y exclusivamente de la ayuda de otras personas excepto de Dios.
·
El águila vuela muy alto. No podemos quedarnos como las gallinas escarbando el
suelo solamente, tenemos que tener metas altas, y cada vez mayores. El lema que
debemos llevar es el de los inventores de la aviación que dice: Plus ultra, que
significa Siempre más arriba. Déjame decirte algo: Vos vas a ser del tamaño de
tu ideal. Si tu ideal es pequeño, te quedaras chiquito.
·
Dicen que cuando el águila siente que le llega la muerte,
vuela hacia la montaña más alta y allí termina su existencia. Y es por eso que nunca vemos águilas muertas en la
llanura ni en la mitad de las carreteras. Así también nosotros debemos hacer:
Cuando sintamos que nuestros proyectos se hunden, llegan las desilusiones, que
el fracaso esta por alcanzarnos, que todos los planes que habíamos hecho se van
a derrumbar, levantemos el vuelo de nuestra mente y de nuestro corazón a la
montaña más alta que es la de nuestro Dios, para el cual nada es imposible. Qué
pasa? Que nuestra fe muchas veces no da ese paso y cuando viene todo esto más
bien desistimos de creer y apoyarnos en Dios y nos damos por derrotados,
incluso hasta reclamamos a Dios en lugar de confiar y buscarlo una vez más.
Digamos con el salmista: Venga a nosotros la bondad del Señor y haga
prosperas las obras de nuestras manos. Lucas 21, 19 nos dice: Si
perseveran se salvarán. Si tenemos fe llegaremos a la cima del triunfo.
·
Cuando llega la tormenta el águila se sube encima de la
nube tormentosa hasta que logra divisar el sol. Y así hay que hacer, no dejar que cuando vengan las
nubes tormentosas de la vida que son los problemas estén sobre nosotros o sean más
grandes que nosotros sino ponernos encima de ellas y poner nuestra mirada en el
Sol radiante y todopoderoso que es nuestro Dios, y en vez de acobardarse por
todos estos problemas pedir luces a Dios para resolverlos y esforzarse para
superar estas dificultades, sin dejarnos dominar por ellas. Mc 9, 23 nos dice: Todo
es posible para quien tiene fe.
·
El águila pequeña se deja instruir y aleccionar por las
águilas mayores. Las águilas
mayores revolotean alrededor del nido para ser observadas por las pequeñas, le
hacen mirar fijamente al sol para que aprendan a no encandilarse por los rayos.
Las alzan y las sueltan para que vayan perdiendo el miedo. Y así también
nosotros, debemos aprender de aquellos que tienen más experiencia que nosotros.
Tomado y adaptado de: Pepitas de Oro, del P. Eliecer Salesman
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